Del 1 al 15 de septiembre del 2015 viajé a Irán. Fui haciendo fotos con el móvil y, cada día, elegí una para colgar en mi Facebook. Quería que resumiera mis impresiones diarias y mostrara la imagen de mi cuarto viaje a Irán (todos han sido diferentes). En el país no está permitido usar Facebook, aunque todo el mundo lo tiene. Basta con poner un filtro. Me lo ofrecieron pero preferí enviar a España las fotos y que se colgaran desde allí. Nunca hubiera podido imaginar cuántos amigos siguen mis viajes en mi perfil. Este es el resultado de aquel periplo.

Preparando mi viaje a Irán I. Cuaderno de farsi.
Preparando mi viaje a Irán II. Lavando los pañuelos de algodón o velos para cubrirme.
Teherán. Mojito en el café Toruj.
El paraíso en un jardín. El jardín en una alfombra. Mi tercera visita al Museo de las Alfombras de Teherán.
El jardín del Príncipe en Mahan. Posiblemente, el jardín más bello de Irán.
La luz del desierto de Lut el viernes. Yazd.
Los buitres aún sobrevuelan las Torres del Silencio de Yazd. Allí se comían a los muertos que profesaban el zoroastrismo.
Las pechinas en la arquitectura iraní en el siglo XVI. La manera de hacerlas se llama: «pierna, rodillas y mariposa» al igual que su forma.
¿Dónde estoy?
Tras la presentación de mi proyecto, «El murmullo de la tumba de Hafez» en el mausoleo del poeta en Shiraz. Me declararon hija adoptiva.
Los restos de las tiendas o jaimas levantadas por el Sah en Persépolis para celebrar el 2500 aniversario de la fundación del Imperio Persa.
Isfahan «la nuit». El barrio de Jolfa. Los iraníes dice que en él: «todo puede ocurrir».
La firma del gran calígrafo Reza Abbasi en la mezquita imperial de Isfahan.
La cesta de nuestro pícnic diario.
De camino a Kashan.
La puerta del mausoleo de Imán Reza en el museo de Mashad, la segunda ciudad del mundo de peregrinación chií.

Fotografía de cabecera de Ninara