La primera vez que apareció en un mapa europeo, lo llamaron «Broukpa». En aquellas anotaciones imprecisas a veces se lo confundía con Tíbet o Nepal, con quienes comparte la cultura budista. El pequeño Bután, con una población de apenas 750 000 personas, ha vivido durante mucho tiempo con el marchamo de ser un lugar «secreto», pero un viaje a este rincón del techo del mundo demuestra que solo enfoca su relación con el exterior de otro modo.

108 chortens se alzan en el Dochula Pass, a 3 100 metros de altitud en la carretera de Punakha hacia Thimpu, la capital de Bután. Estos chortens (o estupas) se construyeron en 2003 en memoria de los soldados butaneses muertos en la única operación militar en la que haya participado jamás las fuerzas armadas del país, ayudando a la India contra grupos armados de separatistas de la provincia india de Assam.
El gobierno butanés ha instaurado una política turística sostenible basada en un control del número de viajeros que visita el país cada añ...


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