Cuando nos parece normal llevar en el bolsillo los atlas más completos jamás creados, es fácil olvidar que la imagen cartográfica no surge de la nada, no la produce una máquina con alguna técnica moderna, aséptica e irrefutable. Los mapas representan visiones del mundo: políticas, culturales, científicas. Así pues, la cartografía con la que estamos más familiarizados es el resultado de una evolución técnica en la que se entremezclan diversos factores. Todo mapa, en mayor o menor medida, implica escoger desde dónde se mira el mundo. Una lección de perspectiva.

El dilema original

¿Cómo mostramos de forma fiel las distancias, el tamaño y la forma de un territorio cuando la Tierra es una esfera y la representación es un soporte de dos dimensiones, un rectángulo, un papel, un dibujo? Este es el quebradero de cabeza inicial que se plantea desde la antigüedad a la hora de hacer mapas. Es imposible, y para superar o matizar esa imposibilidad se han generado las proyecciones: métodos ...


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