Viaje por la Transfăgărășan, la tremenda carretera que ideó Ceaușescu para atravesar las montañas más altas de Rumanía sin que hiciera ninguna falta

—A veces los osos bajan a la carretera y se dan una vuelta alrededor del restaurante —dice el camarero.
Pues no me extraña, porque aquí te traen la comida en unas bandejas que no caben por la puerta: de primero, polenta con queso fundido, nata agria, panceta y huevos fritos; de segundo, rollos de carne de cordero envuelta en hojas de col; de postre, bollos rellenos de queso fresco, nata y mermelada. Si te lo terminas, ya puedes buscarte una cueva y dormir todo el invierno.
—Los osos son un problema, sobre todo las osas con crías, porque atacan a los turistas y llevamos ya seis meses con el camino cerrado.
Un sendero sube por el bosque hasta el castillo de Poenari. En 1459, los esclavos del príncipe Vlad Țepeș, alias Vlad Drăculea, reconstruyeron esta fortaleza sobre el desfiladero del río Argeș, al sur de los Cárpatos, para impe...


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