Rita Indiana es una de las principales voces de una joven y transgresora generación de artistas dominicanos. Con su escritura única se ha convertido en un referente de la literatura caribeña. Nos ofrece en exclusiva un poderoso cuento sobre la cruda infancia de un niño dominicano llamado Arsenio. 

Fotografía de Fran Afonso. 

Piedras. En Azua eso era lo único que había. Hilda los dejaba en la casa con una tinaja de agua, dizque para que cuando les diera hambre se la vaciaran aentro. Dizque para que se llenaran con eso. Con agua. Hasta que ella regresara con un cliente o con dos a hacer ñau ñau en la colchoneta mientras él y su hermano chupaban piedras. Chupaban piedras porque sabían a sal sentados al pie de la puerta que daba al conuco, que era por donde a veces pasaba el viento. Un conuco en el que nunca creció nada. Porque las mujeres escupían cuando pasaban frente a la casa y esa saliva les secaba la tierra.
A veces los clientes de H...


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