«Es una serie sencilla en la composición fotográfica, pero muy poderosa en el concepto. La obra logra mostrar el tema de la migración de una forma elaborada y poética, incorporando texto, mostrando datos anagráficos y manteniendo el anonimato visual del migrante: no vemos su cara y eso le da más fuerza a la imagen, obligándonos a leer y reflexionar sobre esas reliquias apoyadas como tesoros en las manos, único bien comercial que estos migrantes pueden ofrecerle al mercado. Hay que destacar la capacidad del fotógrafo de crear una relación de confianza con los migrantes y pedirle su colaboración en la construcción de ese poderoso relato fotográfico.»
Con estas palabras, el jurado del 19 concurso Latinoamericano de Fotografía Documental de Medellín otorgaba a la serie Reliquias el premio en la categoría Trabajo Migrante para 2013. Vivanco, en efecto, enfoca el flujo de migración que desde Centroamérica atraviesa México hacia la frontera estadounidense con delicadeza y sobriedad. Así, consigue que en las manos anónimas de los migrantes emerja una verdad profunda y a la vez sencillamente material.
La autora, sobre Reliquias:
«Los migrantes que emprenden el viaje llevan consigo ideales y expectativas, temores y añoranzas. Los caminos son duros e inhóspitos, no hay espacio para un gran equipaje, se llevan sólo a sí mismos pero casi siempre hay algo que se trae de antes, una imagen, un objeto que materialice los recuerdos, que evoque a los suyos o a su propia identidad.
Los recorridos son largos y las pérdidas muchas, cada kilómetro que se avanza esos objetos van adquiriendo un valor mayor, casi religioso. Se atesoran y veneran, son el contacto con lo que se deja y con el motivo de la partida, son la evidencia de lo que se es y del por qué hay que seguir.»