Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y lo dicen como si fuera algo malo. Aquí van algunos paseos vascos con rocas en las que conviene tropezar una y otra vez: Ulía, Aralar y Adarra-Mandoegi.

0. Más allá de Zemoria
Camino por las calles de mi barrio de Gros, me cruzo con desconocidos y no me saludo con ninguno. Enseguida camino por los senderos del monte Ulía, me cruzo con desconocidos y me saludo con todos. Entre el saludo impensable y el saludo indudable solo hay diez minutos a pie.
Entonces, ¿dónde está la frontera? ¿A partir de qué punto los desconocidos empiezan a saludarse? ¿Cuándo debo decirle «epa» a un extraño y cuándo debo ignorarlo?
Llevaba un tiempo observando estas ceremonias y puedo afirmar que el territorio de la ignorancia mutua —es decir: el territorio urbano— llega hasta la parte alta de la calle Zemoria. En la parte baja de la calle Zemoria, junto a la gasolinera, saludar a un extraño crearía una situación embarazosa («pe...


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