La moderna capital de Brasil fue fruto de un diseño utópico en el que los arquitectos Costa y Niemeyer hicieron bandera del espacio abierto y la movilidad fluida. Pero ¿qué pasa con la gente sin coche en una ciudad que nunca se pensó para caminar? 

«Vagabundo y errante serás en la tierra.» — Génesis 4:12

Brasilia proyecto

No todo salió como se esperaba en Brasilia, la capital de Brasil. Algo previsible cuando construyes en cuatro años una ciudad de medio millón de habitantes. Una ciudad destinada a ser la nueva capital de uno de los países más desiguales y segregados de Latinoamérica. Una urbe donde además, según sus bienintencionados ideólogos, no habría lugar para la diferencia de clases. André Malraux la llegó a bautizar como «la capital de la esperanza». Todo esto, y mucho más, quiso ser Brasilia.

A pesar de que el proyecto de diseño de Brasilia se ejecutó entre 1956 y 1960, el sueño de dotar a Brasil de una nueva capital se había forjado siglos atrás. Ya a principios...


Este contenido es sólo para suscriptores.

Consulta aquí las suscripciones que te permiten acompañarnos en este viaje.

Si ya eres suscriptor, accede indicando tu usuario y contraseña aquí debajo.