En sus años de historia, una historia fragmentada y construida a muchas manos, el Museo del Barro ha trabajado para expandir el concepto de arte y dejar entrar aquellas manifestaciones estético-poéticas a las que ese estatuto les había sido negado.

En el Museo del Barro conviven, dialogan y se confrontan las diferentes maneras de hacer arte y entender el mundo, un mundo que es diverso y plural.

Recorrerlo es dejarse permear por un breve relampagueo, el de la diferencia. Su derrotero ha sido el que marca la necesidad de un grupo de personas. Esa necesidad de encontrar, al costado de las políticas públicas y la dictadura de Stroessner, un espacio en el que desarrollar su sueño. Ese sueño, compartido entre varias personas, fue albergando el sueño de otros artistas, los que no tienen lugar: los artistas campesinos e indígenas.

Una breve historia del Museo

El Centro de Artes Visuales/Museo del Barro ha sido constituido a través de diversos emprendimientos a lo largo de más de cu...


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