Guerreros, arqueros y púgiles. Son estatuas gigantes esculpidas en piedra arenisca y encontradas por casualidad por Sisinnio Poddi, un campesino que araba su campo en Mont’e Prama en 1974. Posiblemente relacionados con una necrópolis de la Edad del Hierro, se sabe más bien poco de ellos, de quiénes eran o de qué representaban estos gigantes: ¿una élite? ¿Héroes divinizados? ¿Guardianes del sueño de los difuntos? ¿Símbolos identitarios?
Destruidos y quemados tras las invasiones púnicas de Cerdeña, los gigantes de Mònt’e Pràma forman parte del cénit de la civilización nurágica, pero siempre responden a las preguntas con sus largos silencios pétreos.