Amanece en una pequeña aldea en el norte de El Salvador, la mañana se presenta húmeda, la cúpula gris del cielo se tiñe progresivamente de blanco revelando un día luminoso. Las chicharras abandonan su sinfonía nocturna en la  pequeña plantación de mangos y guayabas que rodean la casa donde duerme Norma. Una bombilla polvorienta ilumina la cocina de la casa, entre penumbras se mueve la madre de Norma, Dinora está escurriendo los granos de maíz que anoche desgranó con sus callosas manos para más tarde ponerlos a cocer en el fuego de leña, el maíz todavía templado humea, escurre el agua con la ayuda de una tela amarillenta y lo coloca en una palangana de plástico que tapa con un paño de cocina.
Norma se despierta por un leve susurro que su madre le canta cerca de la oreja, le indica que es la hora de levantarse para ir hasta el molino comunal a moler el maíz, con la masa blanda resultante prepararan las tortillas para el desayuno y almuerzo de la familia. Norma se levanta de la cama sin ...


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