Inquietudes, vistas y reflexiones en torno a este sustantivo requete común para una periodista de viajes. En términos turísticos, la virginidad es hiper valorada –también– en la naturaleza.

Hace unas semanas estuve en la Patagonia, en un lugar poco conocido, al pie de la Cordillera de los Andes, cerca del límite entre Argentina y Chile, del lado argentino. Antes de que existiera la frontera, los mapuches habitaban esas tierras: se movían en busca del alimento que les proporcionaban las araucarias o pehuenes, árbol jurásico, tan antiguo que le dicen el dinosaurio de los árboles. En marzo, justo antes del otoño, la piña enorme que cuelga del árbol durante el verano revienta y caen los piñones, una especie de castaña alargada y dura que se cocina durante varias horas o se muele para obtener harina de piñón. Hoy se utiliza para hacer souvenirs gourmet: alfajores de harina de piñón rellenos de dulce de leche.
El pueblo del que vengo se llama Villa Pehuenia y es un sitio pequeño, de pocos...


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