Un vestigio metálico en nuestras cabezas apunta siempre hacia el norte, hacia la frontera, hacia el país de los suicidas. Franco Félix rememora los puntos ciegos de su historia familiar en un carril paralelo a los poetas de Bolaño, entre escapadas y destinos que llevan hasta una lejana Hermosillo que en los años 70 crecía en la vanguardia industrial de México.