Es posible encontrar la belleza en el horror, sólo hay que encontrar un lenguaje que permita acariciar esos hechos sin olvidar ni agredir.» Con un tono calmado y lírico, Patricia Nieto reflexiona sobre los años que lleva dedicada al periodismo de trinchera en su Colombia natal. La autora de Los escogidos es capaz de desgranar motivos, razones y remedios para poder seguir haciendo ese trabajo, que la puso desde el principio frente a la violencia de Medellín y de su país desde los convulsos años 80.

Por su parte, la mexicana Marcela Turati lleva años reporteando para cabeceras de México y toda Latinoamérica, y junto a un pequeño grupo de compañeras fundó en 2007 el colectivo Periodistas de a pie (reciente premio Julio Anguita Parrado de Periodismo y responsables de la obra colectiva Entre las cenizas). Buscaban elevar la calidad del periodismo en México y dar relevancia a la dimensión social de las noticias, desde la perspectiva de los derechos humanos. Cuando la «Guerra al narco» del presidente Calderón extiende la violencia indiscriminadamente, alcanzando también a los periodistas que tratan de informar, las Periodistas de a pie amplían su objetivo para defender la libertad de expresión y la protección y autocuidado de los periodistas en zonas de conflicto.

«Es necesario trabajar en red, en colectivo», afirma Turati. Ella y Nieto se conocieron por esa necesidad de reflexionar, procesar y cuidarse en un contexto de trabajo exigente, peligroso, a veces descorazonador, cuando las Periodistas de a pie invitaron a Nieto a dar un taller en México. Hablamos de (y con) dos mujeres valientes, que se enfrentan a ese fuego cruzado del que Turati ha escrito, con un pie en el periodismo y otro en el activismo, intentando narrar —y así transformar, curar, combatir— la violencia que cerca sus comunidades.