Dos textos del periodista Domingo Marchena y un resumen de textos, mensajes de voz y correos electrónicos entre el fotógrafo mexicano Miguel Fernández de Castro y Pere Ortín, director de Altaïr Magazine, para sugerir posibles pistas y líneas de especulación para recorrer estas imágenes alrededor de la tumba del gran jefe Gerónimo, en Fort Sill, Lawton, Oklahoma.

Los primeros y los últimos - Domingo Marchena
Aquí estamos, en la tumba de Gerónimo. El hombre que nació en la edad de piedra y que murió en la era de las armas de repetición, el ferrocarril, el telégrafo y los automóviles. Las puntas de sus primeras flechas eran de sílex y sus mazas de guerra, de piedra. Pero a lo largo de su existencia también conoció los desfiles presidenciales y las exposiciones universales, como la de San Luis, donde lo exhibieron como un objeto de feria. Casi como un animal. «Pasen y vean, señoras y señores: con todos ustedes, el tigre humano». Tigre humano, así lo llamó el general Crook. Dicen qu...


Este contenido es sólo para suscriptores.

Consulta aquí las suscripciones que te permiten acompañarnos en este viaje.

Si ya eres suscriptor, accede indicando tu usuario y contraseña aquí debajo.