Las islas Feroe, «islas de las ovejas», son 18 gigantescas rocas emergidas en medio del Atlántico Norte y camino del círculo polar ártico. Un impresionante archipiélago boreal que huele a hierba y sal; en el que resuena el balar de una población de ovejas que duplica la de humanos y en el que sólo existen tres semáforos. Unas islas que, apartadas de la creciente masificación del turismo nórdico, constituyen un lugar casi secreto e ideal «para ir más lejos».
Altaïr Magazine ha viajado a las Feroe para conocerlas, como siempre en nuestros monográficos 360º, a partir de la mirada de sus habitantes locales que nos llevan de la mano en el intento de conocer, primero, y apreciar, después, este mundo aislado que busca una alquimia razonable entre tradición y modernidad.
Asegura el dicho feroés que «si no te gusta el tiempo, espera cinco minutos». Y así es. Las islas Feroe son como la vida: nada permanece, todo cambia; sobre todo, las personas.Sjúrdur Skaale, uno de los dos políticos feroes...
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