¿Cómo es la vida de los hombres que cuidan ferrocarriles en el noreste de México?

 
Los asaltantes han logrado burlar la seguridad del tren y están saqueando un vagón. Hurtan estéreos de carro, llantas, piezas de metal y todo lo que pueda venderse a buen precio en el mercado negro. Sólo dos de ellos alcanzan a colarse al tren que cruza la zona metropolitana de Monterrey. Avientan el botín por uno de los flancos de la locomotora para que ruede por el barranco que queda a un costado. Mientras, al otro extremo se desata una batalla campal entre sus compañeros y los trabajadores de la empresa de seguridad que vigilan el paso del tren por la ciudad. Los guardianes dejan de lado sus estorbosas macanas y el gas lacrimógeno; esto se hace a puño limpio. Las armas favoritas de los asaltantes son las piedras y pedazos de metal tirados a un lado de las vías. Los cascos de los guardianes los protegen un poco, pero también les nublan la visión. Uno de los maleantes encuentra un ar...


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