La isla de La Hispaniola, compuesta por la República Dominicana y Haití, tiene unas características geológicas únicas que la convierten en un hábitat excepcional. Pero mantener esta biodiversidad tan peculiar requiere un control efectivo; es decir, un esfuerzo económico. Y ahí, no todas las prioridades siguen la misma línea.
Fotografía de Fran Afonso.
Mucho más allá de sus playas de arena dorada y de aguas turquesas, la República Dominicana esconde un tesoro sorprendente en términos de biodiversidad. Y es que la historia geológica de la isla de La Hispaniola es especial en el Caribe, pues a diferencia de las otras islas antillanas, aquí convergieron dos islas que terminaron por unirse al sur y al norte del valle de Neyba. De esta unión surgió una variedad de ecosistemas muy amplia, que va desde lagos y lagunas situadas debajo del nivel del mar —como la Hoya del Lago Enriquillo, 40 metros bajo la superfície— a grandes montañas de bosques nublados por encima de los...
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