Esta es la segunda parte de la crónica ‘Suicidarse en la Sierra Sur’. Puedes leer la primera aquí.
Cuando el calor de finales de primavera aún no se ha desbocado, la Universidad Nacional de Educación a Distancia anuncia los cursos de verano de Alcalá la Real. Uno aborda el bilingüismo en la educación, otro los efectos del Covid-19 y un tercero tratará el suicidio; una de las ponencias, La muerte por suicidio en la zona de Alcalá la Real desde 1980, estará a cargo del psiquiatra Manuel Gurpegui. Voy a su encuentro.
En el pequeño patio de la facultad de medicina de Granada, a una hora de Alcalá la Real, hay un busto de Hipócrates y un epígrafe: «Lo primero, no hacer daño». En la puerta de un despacho de la novena planta, el catedrático Gurpegui cuelga dos proverbios del Antiguo Testamento. «Más vale el tardo a la ira que el fuerte», dice la primera de las «propinas» que ofrece todos los meses, «y quien domina su ánimo que quien toma una ciudad». Gurpegui fue uno de los investigadores q...


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