El experto en sonido Pedro Montesinos encontró en la segunda ciudad más poblada de Pakistán una mezcla única de rumores, rugidos, pitidos, chirridos, petardeos, traqueteos, entonaciones, gritos y reclamos. De modo que decidió sacar su grabadora para trasladarnos al corazón de Lahore a través de los oídos.

Al caminar prestando atención a lo que percibimos a través del oído —ya sea desnudo o con un equipo de grabación— se establece un diálogo entre dos elementos: los sonidos que nos envuelven y el silencio íntimo de la reflexión, el análisis, la evocación, la imaginación y el pensamiento en general. Experimentar un territorio a través de los oídos, ya sea en un entorno natural o artificial, rural o urbano, conduce a percibir e interpretar el entorno de una manera limitada. Y esa misma simplificación —o reducción— de la conexión con el entorno a un único sentido suscita una actividad mental que resulta, en aparente paradoja, muy reveladora y sugerente, estimulante y enriquecedora. Y así,...


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