No es este cerro, mija, ni el siguiente, sino el de más allá. Imagino el extraordinario número de veces que las mismas palabras pudieron ser dichas a foráneos como yo en los últimos sesenta años de esta sierra recóndita. Hippies descalces por los caminos de tierra, grupitos de antropólogues con grabadoras a pilas, estrellas del rock y polítiques rodeados por su séquito y ascendiendo las veredas estrechas que en esta época, la de los niños santos, están siempre embarradas. Todes buscando lo mismo, a la gran sabia de los hongos María Sabina. Quizá, la curandera más famosa del mundo.

Hippies descalces por los caminos de tierra, grupitos de antropólogues con grabadoras a pilas, estrellas del rock y polítiques rodeados por su séquito y ascendiendo las veredas estrechas que en esta época, la de los niños santos, están siempre embarradas
Aunque ella murió hace muchos años, me encamino hacia el cerro, hasta que me encuentro con una capilla reciente pintada con murales alucinantes en el sen...


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