La catástrofe no es algo que nos espere en el futuro, algo que podamos evitar con una estrategia bien pensada . . . Nuestra normalidad es, por definición, postapocalíptica.
Slavoj Žižek, «From catastrophe to apocalypse... and back»
 
Tocadiscos rebozados con herrumbre y sal.
Iluminados con luz alógena, apilados uno arriba del otro como las capas de una torta de casamiento, los antiguos reproductores musicales lucen una cobertura gruesa de cloruro de sodio y óxido de hierro cuya granularidad emula casi a la perfección el empanizado de una milanesa recién frita.
Aparatos ya pasados de moda que, en vez de ocupar un depósito, un sótano o algún basural, terminaron en la vitrina de un museo como testigos de un evento singular que algunos dirían catastrófico, otros trágico, otros curioso. El museo, una estación de tren que no recibe locomotora desde hace décadas, conmemora la inundación y destrucción del pueblo donde se ubica: Villa Epecuén.
Villa Epecuén era —es, sigue siendo— un...


Este contenido es sólo para suscriptores.

Consulta aquí las suscripciones que te permiten acompañarnos en este viaje.

Si ya eres suscriptor, accede indicando tu usuario y contraseña aquí debajo.