Como escribió Nicanor Parra, todo lo que se mueve es poesía, lo que no cambia de lugar es prosa. Todo lo que nos une es poesía. Solo la prosa puede separarnos. Apostemos por la poesía, pues, digo, dicen, decimos, los tremorenses, que venimos a ser la banda que tratamos de juntarnos cada año en una isla en medio del Atlántico para constatar nuevamente que aquí la verdad es belleza, pues el movimiento y el ritmo, el tremor, son la esencia de todas las cosas dignas de amor.
Al Festival Tremor no le hizo mella ni la competencia desleal de los cruceros, que sólo hacen parada y fonda para soltar basura, ni la parafernalia absurda del Rally Azores, otro vestigio contaminante del pasado que no interesa a casi nadie. En su peor versión el turismo es la industria que consiste en transportar gente que estaría mejor en su casa a sitios que estarían mejor sin ellos. Pero al Tremor no se viene con ánimo de turista. A Tremor uno cree que viene por la música o el mar, pero pronto entiende que repetir...


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