Una isla gigante con núcleos de población concentrados y alejados entre sí. Escasa población. Una orografía irregular y compleja. Una geología muy variada. Un clima templado. Todo ello, sumado a su privilegiada situación en el Mare Nostrum, han propiciado que la isla de Cerdeña conserve grandes espacios naturales relativamente poco humanizados y de gran interés ecológico. Cerdeña: desde espectaculares mesetas, pobladas con bosques de alcornoques y lagos estacionales, donde abrevan caballos enanos semi-salvajes, hasta espectaculares acantilados marinos en los que sobreviven algunas de la últimas focas monje del Mediterráneo
Un «punto caliente» del viejo Mare Nostrum
Si por algo destaca la gran isla sarda frente a la península italiana es por la amplitud de sus espacios y por su escasa población (69 habitantes por kilómetro cuadrado en la isla frente a los 197 en la estrechez concentrada de la península con forma de bota). Cerdeña, dentro del amplio marco mediterráneo —de gran va...


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