Pasear por Barrio Sur y Palermo, los barrios candomberos históricos, es en parte trasladarse al Montevideo más colonial: casas bajas, con murales o pintadas, siempre coloridas, se intercalan como marcando un camino. Encauzan el paseo que las comparsas —oficialmente, desde el siglo XIX— recorren cuando salen a llenar las calles no sólo de músicas, bailes y ambiente festivo, sino, sobre todo, de raíces africanas y respeto por los ancestros. El candombe se define como la música afro-uruguaya, el alma del carnaval —que todos los montevideanos anuncian orgullosos, no como el más importante, pero sí el más largo del mundo—; una pieza clave de la vida cultural de la urbe.