El placer de editar libros es también el placer de conocer personas. A los lectores y a los autores. Estos días tuvimos la suerte de contar en Barcelona con Juan Villoro para presentar Palmeras de la brisa rápida a la prensa y el público, y en el encuentro con ambos demostró su calidez, su vastísima cultura y su gusto por las conversaciones con enjundia. Además, nos dio aún más claves de lectura de ese viaje a Yucatán que hace casi 30 años le llevó a encontrar su voz de narrador. Pedro Strukelj estaba allí para recogerlo en su cuaderno.