Son postales sardas, pero no las encontrará en las tiendas de souvenirs. Paisajes quemados. Turistas haciendo fotos. Carreteras solitarias. Playas industriales. Inmigrantes en bicicleta. Huertos urbanos en medio de la nada. Procesiones menores y rincones abandonados.

«Ha sido un viaje de vuelta a mi tierra para mirarla con ojos etnográficos; de un modo distante, pero implicado». Así explica su trabajo documental Sardinian Postcards el fotógrafo sardo Alessandro Toscano.

Tras un tiempo fuera de la isla, Toscano volvió a Cerdeña y se planteó un proyecto creativo: reconstruir para él mismo una imagen propia de una Cerdeña «lo más contemporánea posible». Desde aquel inicio, tuvo claro su objetivo: «contemplar la Cerdeña de ahora: cómo ha cambiado y cómo está cambiando». Y, si nos dejamos guiar por sus imágenes y palabras, parece que lo ha conseguido: «Los sardos», asegura «nos hemos dormido en los laureles, con respecto a nuestra imagen».

Sus postales son, sin duda, un despertador con mensaje válido no solo para los habitantes de la isla. «Aún vivimos», asegura Toscano «anclados a imágenes poderosísimas del pasado que hemos convertido en iconografía identitaria. Pero esos tiempos ya pasaron y podríamos empezar a pensar en cómo contar la Cerdeña de hoy, que ha cambiado profundamente».

Mohammed, pastor en Uta.

Antropólogo visual de formación y trabajando como fotógrafo desde hace siete años, Alessandro Toscano ha concebido su serie Sardinian Postcards como un proyecto «abierto», en permanente construcción, que le permite reflexionar sobre «cómo los sardos se ven a sí mismos».

Lo confiesa sin ambages: en muchas ocasiones, Toscano se ha sentido como «un turista en su propia casa». También ese ingrediente ha entrado en su trabajo, y el esfuerzo ha merecido la pena. Con sus poderosas imágenes etnográficas, consigue enfrentarnos al reverso menos conocido de una tierra, la suya, donde las imágenes del «folclore» se han convertido en «producto». Frente a ello, Toscano analiza puntos de fuga, descubre grietas y documenta tensiones allí donde chocan lo arcaico, casi  momificado, y lo actual, que no para de cambiar a gran velocidad.

Cala Cipolla, Chia.
Portovesme.
Villaputzu, procesión para María Madre del Resucitado.
Calasetta, isla de Sant’Antioco.
Cala Mariolu.
Turistas ingleses en Alghero.
«Volver a casa con la mirada del turista es una sensación hermosa, porque vuelves con esa ligereza, pero a la vez tienes una mirada muy viciada, buscas lo bonito»
Muravera.
Arbus.

«Quería también recuperar una tierra que había abandonado con algo de inconsciencia, porque de Cerdeña uno se marcha, incluso sin saberlo»

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La pequeña historia de una foto

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La SS 105 entre Bosa y Alghero.
Decimomannu.
Playa de S’Abba Druche, Bosa.
San Basilio.

Toscano no lo niega: el título de su trabajo es «provocador». Su objetivo es llamar la atención sobre lo que siempre queda «detrás de la postal». No busquen en sus imágenes folclore tópico o espectaculares atardeceres en playas mediterráneas imposibles.

Son postales sardas, pero no las encontrará en las tiendas de souvenirs.